Madre e hijo aparecen con la marihuana y cocaína que tenían en su poder en el momento de la intervención, además de dinero en efectivo y otras evidencias. El negocio de la droga se expande y genera graves problemas a la sociedad y al país.

La lucha contra el microtráfico abrió las puertas a procedimientos con impacto en el negocio ilícito de venta de drogas en distintos puntos del país como Luque, Bañado Sur y Caaguazú, donde la Senad realizó operativos que descubrieron y desmantelaron bocas de expendio de sustancias ilícitas que frustraron la circulación de cientos de dosis de drogas, especialmente en sectores populares, clubes sociales y otro tipo de lugares con masiva frecuencia de gente.

La ofensiva contra el narcomenudeo viene desplegando acciones operativas con significativos resultados, según el informe oficial, que cita como ejemplo a la ciudad de Luque, donde se procedió a la anulación de un foco de venta de cocaína, donde decomisaron casi un centenar de dosis de la droga.

Resultó detenido un presunto narco, identificado como Diego García, cuyos demás datos no se dieron a conocer.

Por otro lado, una mala madre fue pillada in fraganti involucrándole a su propio hijo en la venta de drogas.

El negocio familiar estaba liderado por una mujer de 52 años de edad, identificada como Marta Villalba, acompañada de su hijo de 32 años Alan David Olmedo Villalba, quienes mantenían el ilícito. Los mismos quedaron a disposición del Ministerio Público y el Juzgado.

Ocurrió en el populoso barrio San Cayetano, en las afueras de Asunción, donde fueron detenidos los componentes del clan familiar con 2,356 kilogramos de marihuana, 39 dosis de cocaína y 13 pastillas de disomnilán que tenían para la venta al menudeo, a más de otras evidencias como dinero en efectivo, celulares y armas blancas.

En otro operativo cayó un jefe de red de microtráfico en Caaguazú.

Se trata de Roque René González, quien según los antinarcóticos intervinientes se erigía como responsable de una importante red de distribución de drogas en la amplia zona.

Dentro de la vivienda de González fueron confiscadas 172 dosis de cocaína y detectaron un mini laboratorio que era utilizado por el hombre para aumentar el volumen de la droga y multiplicar sus ganancias a costa de la calidad de la “merca”.

Ninguna de estas acciones representa casos aislados sino son resultado de una ofensiva que apunta a afectar un negocio ilícito que ve en los menores de edad un mercado y mano de obra útil para la expansión del negocio sucio que, según los datos, afecta a la seguridad y ocasiona serios problemas en materia de salud pública, entre otros perjuicios.

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