Espacios abiertos robados por los narcos a la valiosa reserva para el cultivo de marihuana. Después de años de inoperancia de sucesivos gobiernos prometen ahora limpiar de narcos la reserva Mbacarayú y devolverle su antiguo esplendor y tranquilidad.
El ministro de la Senad, Jalil Rachid, expuso ante la prensa detalles de la Operación Moisés Bertoni que, según dijo, busca entre otros puntos salvar la valiosa reserva boscosa natural de las garras de los narcotraficantes, que la han convertido en su chacra personal ante la falta crónica de guardias y el temor colectivo que han logrado instalar las bandas criminales para evitar filtración de información.
El director de la Fundación Moisés Bertoni, presente en la rueda de prensa, dijo que la reserva en mención está reconocida, delimitada y protegida por Ley, e hizo mención al peligro que representan las estructuras criminales que se asientan en dichos bosques para el establecimiento de cultivos ilícitos, lo que significa la depredación impune de hectáreas de áreas protegidas.
El Estado paraguayo tiene la obligación de preservar la reserva natural, expresó el ministro Rachid, tras alegar que la Senad demuestra con estas acciones concretas un compromiso firme en ese sentido.
Adelantó que en adelante habrá operativos continuos y permanentes para desalentar el ingreso de las estructuras criminales a dichas zonas y, las que están instaladas, sean echadas sin vueltas.
De acuerdo a los datos, en la última semana fueron destruidas unas 30 hectáreas de cultivos de marihuana, que representan unas 90 toneladas de la droga lista e implican un perjuicio económico al narcotráfico de al menos 2,7 millones de dólares en el mercado paraguayo.
La reserva del Mbarakayú tiene 64.000 hectáreas y en ese sitio de generosa diversidad biológica cohabitan cientos de especies de animales y aves, especialmente, muchas de ellas en peligro de extinción por la permanencia agresiva de hombres.
Especies tan apreciadas como el yaguareté, tapir o mboreví, oso hormiguero o yurumí, oso melero o kaguaré, así como el ave símbolo de la región: el guyrá campana o pájaro campana, se debaten en medio del peligro que significa la cercanía a personas con cero sensibilidad hacia los animales, señalan las denuncias.
La reserva protegida por la Unesco está administrada por la Fundación Moisés Bertoni, que en todos años ha demostrado incapacidad, falta de interés o amedrentamiento para hacer su trabajo y despejar el inmenso bosque atlántico de cualquier amenaza, en este caso de bandas organizadas de narcotraficantes, que demuestran operar abierta e impunemente sin ningún tipo de molestia de parte de los organismos de control y represión públicos.
Los turistas prácticamente desaparecieron ante el peligro que representa la presencia de narcos en el lugar.
De esta manera, son apreciados solo en fotos maravillas naturales como el salto Karapä y el centro Jejuí-mi, que sugiere el recorrido saludable por senderos, miradores, mangrullos y caídas de agua, entre tantos otros atractivos en peligro.