La sonrisa de estos niños con el almuerzo saludable está en serio peligro. Los intendentes quieren continuar con la rapiña de los nobles recursos y ponen contra la pared al gobierno, que está a punto de ceder ante la fuerte presión de predadores comunales unidos en defensa del «puchero».
Ellos están ausentes en las grandes necesidades de sus respectivas comunidades para solucionar grandes problemas de infraestructura y servicios, pero no ponderan en el calor infernal ni cualquier otro tipo de imponderables para levantarse en un mismo espíritu y sostenerse como “hermanos” para “salvar el puchero”.
Los intendentes municipales del Paraguay, de ellos se trata, están en alerta máxima ante la posibilidad latente de que se les escurra de las manos decenas de millones de guaraníes destinados por el Gobierno para la alimentación escolar.
El informe oficial señala la importancia, y la necesidad, de que los siderales rubros sean debidamente orientados hacia su objetivo esencial, en su caso el almuerzo escolar, y evitar que continúe indefinidamente el festín de rapiña de los intendentes municipales quienes, en los papeles, deberían haber sido los administradores leales e impulsores acérrimos de la transparencia en el uso de la plata pública.
Sin embargo, el proyecto de mandar al archivo el programa Fonacide -que en la práctica consiste en el enriquecimiento rápido, fácil y multimillonario de los titulares comunales y selecta logia de cómplices- corre serio peligro desde el momento que cada día que pasa aumentan los intendentes que se oponen con fervor y “patriotismo”, según alegan, al programa “Hambre Cero” del Gobierno porque opinan que los nuevos ricos se concentrarán en Asunción y alrededores, privándoles a ellos el “derecho” de robar, como lo vienen haciendo desde la misma creación del polémico Fonacide.
La enorme presión política proveniente de los administradores municipales hace tambalear de cierta manera el “Hambre Cero”, ante la duda del presidente Santi Peña, quien aún no ha determinado una agenda firme a falta de un par de semanas para el inicio de clases, cuando al menos 1.300.000 escolares deberán recibir sin demoras ni excusas su ración alimentaria diaria.
“Lo único que estos depredadores consuetudinarios de recursos comunales buscan es apoderarse de la mayor parte de los fondos destinados para los escolares”, postea este lunes en la red social la ciudadana Aydée Martínez de Pesoa, en consonancia con centenares de indignados sociales que dejan escuchar su repudio a la intención marcadamente dolosa de los intendentes municipales.
Datos de la Contraloría General de la República señalan que al menos el 86 por ciento de los titulares comunales del país arrastran serios problemas documentales con respecto al uso de los recursos del Fonacide, especialmente el almuerzo escolar que, según las mismas denuncias, son manejados discrecionalmente en favor de la selecta casta constituida por familiares directos, amigos y ahijados políticos.
Ni un solo intendente imputado por robo de recursos del Fonacide -almuerzo escolar- ha ido preso.
De esta manera, la justicia paraguaya favorece abiertamente a estos verdaderos predadores de recursos públicos que, a sabiendas de su impunidad, actúan a placer, y en contubernio, cuando su puchero está en apuros, como ocurre en estos momentos con el tema del almuerzo escolar.